RESERVA: LO QUE PROPONE LA CONSEJERÍA

La Consejería ha elaborado el borrador de un nuevo decreto, cuya redacción definitiva tendría que sustituir completamente al 15/2008, que resultó anulado, en alguno de sus artículos, por la citada sentencia.

Haciendo un repaso muy resumido de su contenido, podemos comprobar que la composición de la Junta Consultiva, no experimenta ninguna variación. Es decir, sigue otorgando un solo representante a las sociedades de cazadores regionales, de entre 26 miembros. Como dato, destacar que los cazadores locales tienen 5 (uno por cada comarca) y la representación de las Sociedades Colaboradoras tiene una corrección que puede ser a la baja.

En el apartado de la clasificación de los cazadores y cuadrillas propone lo siguiente: en las modalidades individuales (sorda, perdiz), se contemplan las cuatro categorías contempladas en la Ley de Caza: Locales, Regionales, Nacionales y de la UE y Extranjeros. En modalidades colectivas (cuadrillas), las categorías que contempla el nuevo decreto son: locales, regionales y extraautonómicas. Aparte de constituir una desigualdad no justificada con respecto a los cazadores de sorda, que tienen cuatro categorías, en el nuevo decreto se pretende que en las cuadrillas locales de jabalí puedan formar parte de las mismas “un máximo de cinco cazadores pertenecientes a otras comarcas de la Reserva”. Esta misma excepción estaba contemplada en el anulado art. 6.1.B del decreto 15/2008 por lo que no parece lógico volver a proponer lo mismo. En todo caso, si como el juez parece tener claro, las ventajas de los locales solo pueden entenderse en el ámbito de su propia comarca cinegética, no parece fundamentado que pueda haber componentes de una cuadrilla local que pertenezcan a otras comarcas cinegéticas. Ni cinco ni uno.

Invitados:

La nueva propuesta de la Administración no se aparta un milímetro del anterior decreto en cuanto al tema de invitados en cacerías de jabalí. Creo que todos sabemos perfectamente lo que es una invitación y sabemos también lo que es un fraude. Una invitación es un hecho puntual y aislado, que casi siempre tiene como origen una celebración, un encuentro o una conmemoración. Pero si convertimos esa “invitación” en algo matemáticamente repetitivo, previsible e inseparable, estamos haciendo otra cosa aunque nos empeñemos en llamarle invitación. Y es que esta norma puede convertir, por el arte de birlibirloque, a siete amigotes de cualquier lugar en cazadores locales de alguna comarca. Los invitados de la liebre ya tienen también la bendición en este proyecto de decreto. Aquí es solo uno, pero es que en esta modalidad solo hace falta uno para falsear todo el espíritu y el sentido que tienen las cacerías de liebre en la Reserva. Esto viene a cuento por la denuncia reiterada que ha presentado un cazador de liebre que ponía en conocimiento del Servicio de Montes lo siguiente: hay comarcas en la Reserva que no tienen tradición de caza de liebre o no cuentan actualmente con perros para ello (la esencia del asunto). Por otra parte hay algún cazador de liebre que tiene perros de sobra pero no quiere supeditarse al ridículo número de cacerías que tienen los regionales en la Reserva. Solución: “crea” algunas cuadrillas de liebre locales (con más cacerías), aparece él en todas como invitado y con todos los perros que le permitan y consigue enseñorearse de un montón de cacerías concedidas a cuadrillas “fantasmas” locales.

Reparto de cacerías de jabalí: Plantean dos opciones:

Opción 1:

-70% de las cacerías del calendario a los locales en cada una de sus comarcas.

-El resto (30%), que se las repartan entre regionales y “extraautonómicos”. En esta opción las cuadrillas locales celebrarán un solo sorteo, si bien después de la primera vuelta o el 65% de las cacerías programadas en la comarca, se “detraerá” el 35% que se reserva a los regionales y “extraautonómicos”. A partir de ahí siguen las vueltas de elección en cada comarca hasta agotar las cacerías asignadas a los locales.

El sorteo de las cacerías para las cuadrillas regionales y “extraautonómicas”se realizará una vez concluido el reparto de los locales y una vez acumuladas, en su caso, las cacerías sobrantes de estos. Se elegirá sobre las cacerías disponibles en cualquier comarca. Se sorteará un número de salida entre todas las cuadrillas (regionales y “extraautonómicos”) y una vez concluida la primera vuelta, solo podrán continuar las cuadrillas regionales hasta agotar el total de cacerías de la Reserva, o salirse antes, si lo prefieren.

Opción 2

-65% de las cacerías del calendario a los locales en cada una de sus comarcas.

-El resto (35%), que se las repartan entre regionales y “extraautonómicos”.

En el resto es similar a la opción 1 solo que en este caso no habría parón para detraer nada.

En caza menor:

-48% de las cacerías a cazadores locales o cuadrillas locales.

-48% de las cacerías a cazadores regionales o cuadrillas regionales.

-4% para cazadores nacionales de la UE, de otros países o cuadrillas “extraautonómicas”

¿cómo se repartirían estas cacerías de caza menor (sorda y liebre)?

En sorda:

Eligen en primer lugar los locales, que del cupo de permisos asignados deberán escoger al menos el 65% en la comarca a la que estén adscritos. El 35% restante (de su cupo) podrán elegirlos fuera de su comarca, una vez cumplido el requisito anterior o cuando no queden en su comarca. Las cacerías que pudieran quedar sobrantes, se acumularán a las otras categorías (a todas). Esto plantea otro choque con lo que dice la sentencia: los cazadores locales no pueden tener preferencia fuera de su comarca, luego si tienen que escoger el 35% de sus permisos fuera (porque no los haya en su comarca) esa segunda fase deberían elegirla en igualdad de condiciones con los regionales. No antes. Aun así resulta dudosa esa salida, si se compara con lo propuesto para los jabalineros.

A continuación eligen los regionales, nacionales de la UE, de otros países.

En liebre:

El procedimiento propuesto es igual que el de la sorda (65% de su cupo en la comarca a la que estén adscritos y 35% restante fuera de su comarca…)

Régimen económico, Art. 12.13:

Pretenden que los cazadores asociados a Entidades Colaboradoras sólo se beneficien del 25% de descuento en las cacerías, en lugar del 75% que tenemos ahora. Esto suena a vulgar venganza, indigna de unos poderes públicos que, además de no haber sabido hacer su trabajo, han regateado todos los tiempos y todos los plazos, aumentando así el perjuicio a unos ciudadanos que han tenido que rascarse el bolsillo y acudir a los tribunales en busca de un trato justo que le negó su Administración. Y todo lo que se les ocurre para arreglar las cosas es pretender subirnos los permisos un 300%. Con la que está cayendo en el aspecto laboral y social. ¿O es que quizás tienen muy malos “consejeros”?