MEDIA VEDA

La noticias que nos van llegando sobre el desarrollo de la media veda en Castilla son, como en los últimos diez años, dispares y poco alentadoras. Algunos pocos afortunados han logrado divertirse y poner los perros a punto pero la gran mayoría solo han conseguido darle un empujón al cuentakilómetros de su “cañonero” y tomar un poco los aires castellanos que, por cierto, son muy saludables. Una pena porque ilusión nos sobra a todos y los precios que se pagan deberían dar bastante más de sí en cuanto a satisfacciones, pero así están las cosas.

En Cantabria, codornices pocas. Excepciones aparte, aquí la media veda se liquida con algunas torcaces que todavía acuden a los comederos que les proporcionan los saucos y cuatro tiros a las urracas y a las cornejas para tratar de controlar un poco sus descontroladas poblaciones. Y a todo esto la seca (la sequía, para los finos) se está agarrando de forma preocupante, de manera que si remonta septiembre sin llover, las primeras sordas van a tener que venir con un picachón debajo del brazo.