UNA TEMPORADA SIN CAMPEONATOS

La temporada pasada no se ha celebrado ningún campeonato de caza (exceptuando los sociales o locales) en Cantabria y a juzgar por el número de protestas registradas, no parece que se haya sentido demasiado. Aunque este dato no debía ser determinante a la hora de valorar la repercusión que ha tenido entre los aficionados, porque tampoco se ha cazado en la Reserva (o mejor dicho, solo se ha cazado un poco el jabalí y de aquella manera) y aquí no ha pasado nada.

La cuestión es que en torno a las competiciones de caza siempre han existido dos posturas bastante radicales: los que opinan que no sirven en absoluto para saber quiénes son mejores o peores en estas artes y los que piensan que la única manera de obtener el “certificado de cazador (o perro) excelente” es estar en la pomada de las competiciones. Y en este asunto probablemente tengan una parte de razón tanto los unos como los otros. No se puede negar que hay cazadores y perros que, sin haber tomado parte nunca en competiciones, tienen un conocimiento y un dominio de la técnica (o arte, o como se quiera llamar), que podría igualar o superar al de cualquier “campeón” de los conocidos o menos conocidos. Es más, alguno de ellos ni siquiera ha tenido la oportunidad o el interés por medirse en igualdad de condiciones con ningún otro compañero de afición y el caso de que lo hubiera hecho, el ganar o no ganar un campeonato no significa ser o no ser el mejor. Lo único que significa el hecho de tomar parte en una competición es no tener miedo a saltar a la arena y medirse con los demás en el mismo terreno. Y aceptar el resultado, que la mayoría de las veces no es bueno, porque sólo puede ganar uno y al segundo o al tercero no los recuerda nadie. Pero todos los que han tomado parte en alguna competición han tenido la oportunidad de aprender algo importante: aceptar la competencia y aprender a mejorarse a sí mismos, como cazadores y como personas. Y si se tiene suerte y el día derecho, será una jornada para recordar. Aunque solo sirvan para eso, vale la pena la experiencia.